Burgos es una ciudad fundamentalmente gótica. Al margen de su imponente catedral, la ciudad ofrece un importante número de edificios civiles y religiosos. Sus iglesias góticas, levantadas principalmente por los comerciantes burgaleses a lo largo de este periodo artístico, como San Nicolás, San Gil, San Esteban y otras muchas, son el reflejo de un periodo vibrante que marcará definitivamente la fisonomía de la ciudad.